Un nuevo juguete para mi novio...

Esa tarde al salir de mi oficina, enfilé hacia un sex shop cercano. Le había prometido a mi lindo novio que compraría un buen consolador para con eso, abrirle bien su estrecho ojete…

Esa era la última ocurrencia de Daniel. Ambos habíamos pasado varios días mirando en la red algunos videos sobre ese tema y mi chico me había convencido que quería probar; diciéndome que a mí no parecía dolerme tanto cuando él me sodomizaba…

Al entrar a la tienda me convencí de que lo compraría sin importar el precio. Adentro había varios clientes y dos vendedores. Uno era un tipo joven con apariencia de homosexual y la otra una mujer algo madura, con una cara de viciosa total…

Descubrí que había una gran variedad de esos aparatos en tamaños y modelos; pero finalmente me decidí por uno que no era demasiado grande…No quería lastimar demasiado al buen Daniel.

Me acerqué al vendedor, pensando en divertirme mientras le pedía que él me explicara cómo se usaba ese juguete.
El chico gay sonrió muy amable, presentándose como Guido.

Me preguntó si pensaba utilizarlo con mi esposo o con otra mujer.
Le dije que sería en un muy estrecho ano masculino.
Me explicó entonces que ese grosor era ideal para el sexo anal. Debería usar un gel lubricante para untarle la punta y evitar que pudiera desgarrarle a mi noviecito su canal rectal.

Escuchar decir eso a Guido me empezó a excitar y pronto sentí que mi concha se humedecía dentro de mi tanga.

Le dije al chico que había visto varios videos sobre esto; pero todavía no me convencía demasiado; quería saber si él podía explicarme algo más…
Guido puso su mejor cara de nada y continuó diciendo que el arnés debía sujetármelo en la cintura y, después de untar la punta de esa cosa en gel, podría metérselo a Daniel por el culo despacio, regulando yo misma el ritmo y la profundidad de la penetración…

Entonces le dije que, antes de comprarlo, me gustaría probarlo con alguien que no fuera mi novio…
Miré a Guido directo a sus seductores ojos de chico gay y le pregunté específicamente si él se animaría a darme una demostración privada…

El chico me regaló una mirada cargada de lujuria y pareció muy complacido con la idea…

Me dijo que cerraba el local en veinte minutos, así que decidí esperarlo en un bar cercano, tomando un café.

Al rato apareció Guido, trayendo mi nueva adquisición…

El apuesto chico gay me sonrió, aclarando que él era bisexual pasivo y que convivía con un flaco que era su macho activo…
Agregó que jamás alguna clienta le había hecho un pedido así, tan extraño, según él…

Su amigo estaba todavía trabajando; así que Guido dijo que nadie nos interrumpiría. Me invitó a ponerme cómoda en su dormitorio.

Allí comenzamos a desnudarnos ambos lenta y lujuriosamente; al mismo tiempo que él me susurraba toda clase de obscenidades.

Guido me miró a los ojos con lascivia, con deseo, lujuria y una casi excesiva impudicia. Una vez desnudo, pude ver que ese chico cargaba una linda verga, de un tamaño mayor que la de Daniel.
Pensé que era una lástima que ese chico fuera un gay pasivo…

Quise acariciarle semejante pija, pero Guido esquivó mi mano, diciéndome que solamente me entregaría su lindo culo apretado.

Me entregó el arnés con ese lindo consolador, preguntándome si podía ceñírmelo a la cintura yo sola. Una vez en posición, Guido
acarició la punta de esa verga de silicona, mientras la lubricaba con una especie de gel.

Se puso en cuatro sobre la cama y me ordenó subir detrás de él.
Me ordenó que lo enculara con ese aparato adosado a mi cintura.

Entonces tomé sus caderas y me deslicé suavemente hacia adelante; apuntando la punta de esa verga contra su estrecha entrada anal. Empujé suavemente y su esfínter cedió sin mucha resistencia. Guido suspiró con la invasión, relajando su cuerpo.

El chico tenía razón; ese grosor era justo lo que necesitaba para abrirle el culo a mi novio, pero sin hacerle sentir tanto dolor.

Comencé a balancear mi cuerpo sobre el de Guido, mientras le taladraba el ojete lentamente y con muchas ganas; pero siempre tratando de no hacerle daño.

Mientras yo le barrenaba bien el orto, noté que Guido se estaba acariciando su propia verga y que la tenía cada vez más endurecida.
La acción de bombearle el culo ya me estaba calentando demasiado; así que, de repente, le saqué esa cosa de silicona de su ahora dilatado culo y empujé a Guido boca arriba.

Su verga tiesa apuntaba al techo.
Le dije que ahora era mi turno de gozar un poco.

Me abalancé sobre él, cabalgando su cuerpo. Guido intentó protestar, pero la expresión de su cara cambió de repente, al sentir que yo me empalaba sobre esa magnífica poronga bien dura.

Empecé a sollozar y gemir de placer, mientras su hermosa verga me llenaba la concha por completo.
Guido estiró su mano para aferrar la pija de silicona que ahora rebotaba sobre mi vientre. Comenzó a deslizar sus dedos arriba y abajo, como si estuviera haciéndole una paja.

Después de un buen rato de cabalgata, ambos estallamos en sendos orgasmos al mismo tiempo. Yo grité más que Guido al acabar y sentir que él se vaciaba dentro de mi concha hambrienta.

Caí sobre su torso y allí me quedé un rato, recuperando el aliento, con su masiva verga todavía enterrada en el fondo de mi vientre.

Guido preguntó si me había gustado la demostración del chiche.

Por toda respuesta me incliné sobre él y le comí la boca.

En ese momento se abrió la puerta del dormitorio y un hermoso ejemplar de gay muy recio apareció, mirando la escena con ojos asombrados. Guido nos presentó…

Bruno se desabrochó los pantalones, sin dejar de mirar directamente a mi culo expuesto. Miré hacia adelante, a Guido en sus lindos ojos, mientras las manos de Bruno abrían mis nalgas…

Entonces supe que iba a sentir en carne propia, lo que mi lindo novio iba a experimentar más tarde en casa, cuando le mostrara la nueva adquisición.

Entonces, un intenso dolor en el culo me devolvió a la realidad…
发布者 malebens
3 年 前
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HowieFeltersnatch69
So what happened afterwards with your BF and his surprise gift from you?
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