Auto stop

Habíamos alquilado un apartamento entre tres amigas para pasar la primera quincena de Septiembre ya que desde hacía mucho tiempo no coincidíamos en las fechas de las vacaciones las cuatro, aún así una de nosotras no pudo venir en el coche y tuvo que venir dos días más tarde en autobús, después lo sentiría mucho a ver lo que habíamos disfrutado en el desplazamiento. Salimos temprano de con la intención de llegar a la hora de comer al apartamento, cuando estábamos ya cerca de nuestro destino decidimos parar a llenar él deposito y hacernos un café.
Con el depósito lleno y con ganas de llegar a Gandía reiniciamos el viaje y encontramos en la salida de la gasolinera a un joven rapado, musculoso, altísimo y cargado de mochila que estaba haciendo autostop, parecía alemán y yo que siempre estoy dispuesta al lío sexual se me ocurrió fantasear por un momento y propuse a mis amigas que le paráramos para llevarlo, seguramente iría al mismo sitio que nosotras.
La verdad es que no me costó nada convencerlas ya que el chaval tenía muy buena pinta y mis amigas tenían las mismas fantasías que yo, de hecho nos habíamos pajeado más de una vez juntas y conocía perfectamente el grado de calentura que llevaban. De manera que paramos y le preguntamos donde iba, nos explicó como pudo, que iba a Benidorm a pasar unos días con unos amigos e iba a coger un tren en Gandía, de manera que el asunto estaba claro, nosotras le dejaríamos en la estación de tren. Así que Jimmy (que así era su nombre) y mi amiga Esther se sentaron detrás, mientras María la conductora y yo íbamos delante. El verano pasado y en esas fechas hizo un calor descomunal, el coche no tenía aire acondicionado y las tres íbamos ligeritas de ropa, de hecho yo no llevaba ni sujetador, un simple top tapaba mis pequeñas tetas.
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Entablamos conversación con el inglés y le preguntamos si tenía novia, que tal se vivía en Inglaterra y cosas así, hasta que Esther decidió pasar a la acción y le puso la mano en la entrepierna a lo que él no le hizo ningún extraño, Esther comentó que lo que estaba tocando le parecía muy bien de tamaño, el tío debía estar embaladísimo con tres hembras como nosotras dentro de un coche y ligeritas de ropa, de manera que también paso a la acción y le metió la mano en el escote. Mientras nosotras delante nos estábamos mojando solo de ver cómo iba el asunto detrás, la cuestión es que mientras con una mano magreaba las enormes mamas de Esther con la otra se había decidido por meter la mano por debajo de la falda y pajear el peludo coño, que por cierto estaba chorreante con solo haber notado la enorme tranca que escondía nuestro amigo.
Esther se decidió entre gemidos por bajarle la bragueta pero Jimmy se opuso, no dejo que se la meneara a gusto pero él si se aplicaba con la paja que estaba haciendo a Esther. Cuando esta se corrió entre gemidos le pidió que parara, y dado que estábamos llegando a nuestro destino me gire y le propuse que nos acompañara a comer al apartamento, le invitamos y así nos podía complacer tanto a María como a mí que no habíamos quedado con las ganas de ver su instrumento. No fue difícil convencerlo.
Eran las dos en punto cuando llegamos al apartamento después de recoger las llaves en conserjería. El apartamento era espacioso con dos habitaciones con dos camas de matrimonio y un enorme comedor con cocina office que daba al balcón desde donde se divisaba el puerto deportivo y la concurrida playa.
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Hablamos de que íbamos a comer, de si pedíamos pizza, pero María, que es aun mas calentorra que yo, dijo que mientras nos decidíamos iba a comprobar el tamaño de la "cama" junto a Jimmy, o sea que nos dejó a Esther y a mi calientes y sin "novio". Pasaron apenas 5 minutos y comenzamos a oír los gemidos de María. Nosotras estábamos chorreantes y propuse a Esther mirar lo que estaban haciendo, naturalmente nos acercamos enseguida y vimos como María cabalgaba sobre Jimmy con sus enormes tetas, usa una 105 de sujetador, bailando en el aire y gimiendo sin parar, aquellos me puso a cien de manera que me quite las mojadas bragas y me dispuse a pajearme allí mismo en el pasillo, pero por sorpresa note que Esther me quitaba la mano sustituyéndola por la suya y me ofrecía su mojado coño para que hiciera lo propio.
Tan violentos fueron nuestros movimientos que acabamos abriendo la puerta mientras nos sobábamos mutuamente. Aquello no inmuto a Esther que ahora se encontraba a 4 patas y empalada por la polla de Jimmy que también gemía como un poseso. La primera en correrse fui yo que acabé de aplicar un buen masaje al coño de Esther que hizo lo propio. Mientras Jimmy follaba violentamente a María que se estaba corriendo. Finalmente Jimmy se decidió a sacarla y dejar salir toda la leche sobre el culo de María, entonces pudimos ver porque había disfrutado tanto María, la tranca debía medir cerca de 24 centímetros, y momentos antes había estado metida por completo en el coño de nuestra amiga, pero las sorpresas no acababan ahí, la cama estaba completamente empapada de la corrida de María, ella dijo que no le había pasado nunca, que jamás había tenido dentro un nabo como aquel, y que era como si se hubiese orinado encima.
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A continuación decidimos ducharnos antes de seguir con el juego sexual, nos habíamos olvidado de la comida y sabíamos que a las seis salía el último tren que podía coger Jimmy, así que había que espabilarse para disfrutar de aquello sin tregua. Jimmy salió de la ducha mientras Esther y María aun se estaban aplicando leche hidratante, mientras yo le esperaba impaciente sentada en el sofá y con una pequeña toalla que me tapaba lo mínimo, no había encontrado otra más pequeña. El tamaño del miembro de Jimmy había bajado, pero aun así a mi me parecía muy excitante aquella tranca, le pedí que se acercara y me decidí por aplicarle una de mis mejores mamadas. De manera que pronto conseguí que se pusiera dura y con la erección que alcanzó no pude metérmela entera en la boca.
Se estaba poniendo a cien y yo estaba ya completamente mojada. En un momento dado me levanté y apoyando los brazos en el sofá y arrodillada sobre el mismo le pedí a que me la metiera hasta el fondo, naturalmente me hizo caso inmediatamente y pronto comenzó un vaivén que me estaba proporcionando un placer descomunal. Estuvo así mucho tiempo, sin decaer para nada el ritmo, el tío tenía un aguante que no había visto antes, de manera que me corrí sin contemplaciones mientras el emitía unos pequeños gemidos de placer.
Yo ya no podía mas y él se dio cuenta por lo que sacó la polla y cuando pensé que se había corrido por completo dentro de mí, noté que algo me estaba mojando el ojete del culo y aquello no parecía leche. En realidad era saliva y acto seguido sentí como se dilataba por el empuje de su polla, aquello me volvió a poner cachonda y lejos de pensar en negarme le ofrecí una mejor postura abriendo mas las piernas.
¡Fue increíble! Jamás había probado algo así, comprobé que me la metía más de la mitad de su gran tamaño y como el vaivén era el mismo que realizaba con mi coño, de manera que no pude más y me volví a correr mientras me masajeaba el clítoris con la mano que me quedaba libre. Finalmente la sacó cuando estaba a punto de correrse y al mismo tiempo se acercaron mis amigas y le aplicaron una corta mamada que le provocó una abundante eyaculación y de la que ellas no dejaron escapar ni una gota. Comprobé entonces que habían visto todo el panorama y habían decidido participar en lo que podían, chupar la enorme polla del inglés. Acabamos extenuados los cuatro y repletos de placer, solo había una objeción, Esther no había podido disfrutar de la tranca, él reconoció que no podía repetir la actuación de momento pero propuso lamerle el precioso y peludo coño a nuestra amiga, lo cual aceptó con gusto. Nos dispusimos de forma que mientras le lamía y excitaba el clítoris a Esther, tanto María como yo cada una en un sillón nos pajeábamos a gusto con los gemidos de nuestra amiga.
Pasados unos minutos y ya que estábamos los cuatro en pelotas se me ocurrió comprobar si era hora de estimular el miembro de nuestro semental privado. Fue metérmela en la boca, lamerla, morderla y chuparla cual chupa chups cuando la enorme polla se puso de nuevo a cien. Se me unió María y nos repartimos aquel enorme miembro como buenas amigas, mientras Esther se retorcía de placer. Una vez puesto a punto nos propuso que nos recostáramos las tres en el amplio sofá de manera que nos daría polla a las tres, al momento tenía nuestros tres coñitos a su disposición.
Habíamos quedado las tres completamente satisfechas y el pobre inglés completamente extenuado, comprobamos que era muy tarde y sin ducharse ni limpiarse, Esther aún rezumaba leche por su mojado coño, cogimos el coche para llevarle a la estación del tren. Nos despedimos de él dándole tres húmedos besos, y mientras subía al tren nos confesó en perfecto castellano que se había quedado con nosotras: su verdadero nombre era David y era de Albacete, e iba a buscar trabajo de camarero a Benidorm, o sea que ni Inglés ni nada, pero nos daba igual, la tarde que habíamos pasado juntos no se nos
发布者 depredeitor
10 年 前
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