El banquete
“Dijiste que ibas a poner la mesa…”
La miré furiosa y coloqué los dos platos con algo de rabia.
Al hacerlo, se volcó un poco de crema. Pasé mis dedos para limpiar el derrame y entonces ella me exigió que se los diera.
Los arrastró a su boca y los chupó con avidez.
Entonces me volteó sobre la tabla, boca arriba.
El cuchillo afilado desgarró mi vestido y mi breve tanga.
La crema fría vertida por mi cuerpo me arrancó un escalofrío de placer. Mis duros pezones, helados, ardieron bajo su lengua; que siguió los regueros de crema hasta mi vientre.
Mis dedos se clavaron en su nuca y los suyos, en mi interior. Uno penetró mi culo y, cuando grité su nombre, culebreó.
Me chupó la vulva, mordisqueó los pliegues, lamió mis entrañas…
“Me vas a hacer acabar…” Gemí sin demasiada convicción.
Se aferró a mis caderas. Engulló mi labia con desesperación y entonces, con un largo gemido agónico, acabé.
Lamió la crema que goteaba de sus labios.
Acercó el otro plato y susurró:
“Sigo hambrienta...”
La miré furiosa y coloqué los dos platos con algo de rabia.
Al hacerlo, se volcó un poco de crema. Pasé mis dedos para limpiar el derrame y entonces ella me exigió que se los diera.
Los arrastró a su boca y los chupó con avidez.
Entonces me volteó sobre la tabla, boca arriba.
El cuchillo afilado desgarró mi vestido y mi breve tanga.
La crema fría vertida por mi cuerpo me arrancó un escalofrío de placer. Mis duros pezones, helados, ardieron bajo su lengua; que siguió los regueros de crema hasta mi vientre.
Mis dedos se clavaron en su nuca y los suyos, en mi interior. Uno penetró mi culo y, cuando grité su nombre, culebreó.
Me chupó la vulva, mordisqueó los pliegues, lamió mis entrañas…
“Me vas a hacer acabar…” Gemí sin demasiada convicción.
Se aferró a mis caderas. Engulló mi labia con desesperación y entonces, con un largo gemido agónico, acabé.
Lamió la crema que goteaba de sus labios.
Acercó el otro plato y susurró:
“Sigo hambrienta...”
7 年 前