Cristina siempre había sentido curiosidad por todo lo relacionado con el sexo anal. Nunca lo había puesto en práctica, pero su novio insistía día sí y día también para que él la pudiera penetrar por detrás hasta correrse de gusto en aquel agujerito tan estrecho y morboso. Finalmente, una noche él le llegó a convencer, asegurándole que pararía al instante si ella experimentaba algún tipo de dolor o m*****ia. Aquello fue lo que finalmente convenció a Cristina, que llevaba mucho haciéndose de rogar pero, en el fondo, ansiaba tanto como él poder experimentar el placer anal en todo su esplendor. La… 阅读更多内容